Por comodidad y para evitar ser multados al provocar quemas, ciudadanos caen en la inconsciencia, de generar tiraderos clandestinos en la ciudad, que cada vez son más comunes dentro de la mancha urbana, varios de estos, de antaño, que han ido creciendo por el acumulamiento de basura.
Uno de estos, es el tiradero ubicado sobre paseo Río Lerma entre los puentes gemelos y el puente de Obregón, este tramo de terracería, que por mucho tiempo ha sido el lugar de destino final de electrodomésticos y muebles, así como escombros, que los ciudadanos eliminan de sus hogares.
Cajas de cartón, bolsas negras, ropa, neumáticos y hasta muebles del hogar, son comunes de encontrar en este camino, que además de ser el nido perfecto para plagas como ratas e insectos, se conjuga con el predio adjunto, el cual normalmente permanece con la hierba crecida.
Durante años se ha buscado gestionar la limpieza de los extremos del Río, para evitar la proliferación de plagas y fauna nociva, que pueda afectar a los vecinos que viven alrededor, sin embargo, son propios habitantes de la zona y externos a esta, los que llegan hasta el lugar para descargar los desechos e irse, permaneciendo estos en el sitio, ya que el camión recolector de basura no pasa por ese extremo.
Además de ser un foco de infección, también un punto de riesgo, para los peatones conductores y ciclistas que transitan por esta zona, pues además de la invasión de desechos, esta zona no cuenta con iluminación, por lo que al caer el sol se queda en penumbras, convirtiéndolo en un lugar perfecto para los asaltos, los cuales incluso se han reportado en el transcurso del día, debido a que la zona también carece de vigilancia policial.