
La imagen del cristo negro del templo del señor del hospital, salió este martes 26 de marzo, a recorrer el primer cuadro de la ciudad, dentro de la celebración en conmemoración al 464 aniversario de su llegada a Salamanca.
El tradicional recorrido con tres estaciones, partió desde atrio del Santuario, para desplazarse junto con el grupo de fieles y danzantes, por toda avenida Revolución, Obregón y Juárez, para llegar nuevamente al templo, dónde se celebró la misa la celebración dónde se realizó la celebración eucarística, por la celebración del año jubilar, los 100 años de creación del nuevo templo y la indulgencia plenaria.
El Señor Cura, Sergio González López, párroco del señor del hospital, encabezó este recorrido, en el que iba realizando oraciones en las tres estaciones, bendiciendo las imágenes del Cristo que los creyentes ponían en sus altares decorados de color blanco y morado, e intercediendo por las plegarias de los necesitados.
Las principales peticiones se inclinaron, por la salud de las personas con algún padecimiento crónico y quienes carecen de «salud espiritual», ya que la figura del Cristo Negro, es conocida y venerada por la cantidad de milagros atribuidos, a la sanación de pacientes enfermos o intercesor en causas difíciles.
En estos días de Semana Santa, la visita del Cristo Negro, supera el medio millón de visitantes, provenientes de comunidades locales, municipios vecinos y otros estados de la república, que llegan hasta el bajío, a pedir y dar gracias al Cristo Milagroso.
La historia cuenta que la llegada del cristo negro a Salamanca, sucedió durante una celebración de semana Santa, en qué peregrinos llegaban desde la ciudad de Querétaro hasta el municipio petrolero, como parte del recorrido de la imagen, cuándo entonces, los creyentes, se percataron que al entrar al santuario, el Cristo inclinó su cabeza hacia el costado derecho, lo que fue tomada como una señal, de que el santísimo quería quedarse para permanecer en Salamanca.
Desde entonces, año con año, se realiza la visita al templo, dónde los creyentes se acercan a adorar y tocar la figura, la cual es conocida en todo el país, como una de las más respetadas y veneradas dentro de la fe católica.