Como cada año, salmantino se unieron a la celebración, en honor a la Virgen de Guadalupe, quién es venerada cada 12 de Diciembre, de acuerdo a la tradición.
Particularmente en el municipio, este día suele ser de asueto, pues, los feligreses acuden a los santuarios o altares que colocan en sus propios domicilios, para agradecer a la virgen morena, por un año más de vida salud y trabajo. En este último punto, es el gremio de los comerciantes, quienes se esmeran en realizar la celebración a la virgen del Tepeyac, con rezos ofrendas y celebraciones eucarísticas.
Sin embargo este 2023, hubo algunos aspectos que cambiaron de tonalidad la celebración, entre los cuales destacaron: el clima, la violencia y conflictos eclesiásticos.
Como hacía varios años en Salamanca, este invierno, se vive particularmente frío y húmedo, lo que tomó por sorpresa a muchos de los organizadores de esta fiesta patronal, la lluvia y el ambiente frío, son condiciones que hace varios años no se vivían y que después de la llegada del COVID-19, hicieron a los salmantinos tomar algunas reservas para evitar ver perjudicado su cuadro de salud.
No obstante, aún así, católicos devotos de la Virgen de Guadalupe, se prepararon para cantarle «las mañanitas», a su imagen de fé.
A comparación de años anteriores, este 2023 la celebración no pasó desapercibida, pero sí generó menos ruido, tomando en cuenta que el gremio de los comerciantes, ha tenido que enfrentar de manera continua, el asedio por parte de la violencia y el crimen organizado, por lo que las festividades ostentosas que se acostumbraban en el centro de la ciudad y algunas comunidades, no se realizaron con la misma magnitud.
Un claro ejemplo, en el Mercado Tomasa Esteves, donde cada mes de diciembre, locatarios minoristas aportan un poco de su esfuerzo, para realizar misa, en la zona del descargue sobre Avenida Sánchez Torrado, acción que este año, fue elevada en oración, para pedir que la inseguridad y violencia hacia los negociantes pare y que el mercado local, tenga un mejor porvenir.
Como si estas cuestiones no fueran suficientes, por primera vez, la entrega tradicional de cera escamada como ofrenda a la virgen, no se realizó en el santuario ubicado en calle Hidalgo, si no, fue trasladado, hacia la Capilla de la Virgen Guadalupana de la Calle Cruz Roja, esto, después de que los integrantes de los gremios de comercio textil, agricultor y de alimentos, acusaron diferencias por parte del párroco del santuario quien presuntamente no los tomo en cuenta para la celebración, por lo que este año decidieron festejar a la virgen fuera del recinto tradicional.
Así también, la colocación de puestos artículos de importación, comida y los típicos stands de foto con los burritos, este año solo fueron colocados sobre la calle Zaragoza hasta Albino García y no hasta Obregón como se acostumbraba, el número de comercios, fue visiblemente menor.