
El árbol de la clase Gran Laurel de la India que fue plantado por los Frailes Agustinos la segunda mitad del Siglo XVIII desarrolló una dimensión monumental y se convirtió en un símbolo para la ciudad. Se le bautizó como “El Árbol” y dejó retoños que se convirtieron en arbustos frondosos que hoy en día dan sombra en plazas y jardines Salamanca.
Este icónico árbol tuvo un ciclo de vida de 222 años y dio sombra a la infraestructura conventual que se conocía como la Antigua Huerta del Convento. En dicho lugar se construyó un espacio deportivo que hasta hoy día se conoce popularmente como la cancha de “El Árbol”.
Han transcurrido 5 décadas desde que el monumental árbol vio terminado su ciclo de vida, la inundación de 1958 lo deterioró y marcó el fin de su era, fue talado en 1972.
El Gran Laurel de la India alcanzó una altura de 24 metros y su follaje con forma semicircular medía 26 metros de longitud. Para poder rodear el grueso tronco se necesitaban 8 personas adultas tomadas de la mano y con los brazos extendidos.
Personas que vivían en diferentes puntos de Salamanca solicitaron al gobierno municipal que les regalaran algunos retoños del frondoso árbol para plantarlos en los patios de sus viviendas.
Hubo vástagos del Gran Laurel de la India que se plantaron en espacios públicos como el Jardín Bellavista y el Jardín San Antonio, algunos de ellos tienen más de 100 años y continúan dando sombra.