Durante los últimos años, en Salamanca, se ha detectado un aumento importante en la conducta suicida entre los jovenes de la localidad, presentando una elevación considerable, en la que expertos de la salud mental como integrantes del núcleo familiar tienen que trabajar para prevenir acciones perjudiciales.
La directora del Centro de Integración Juvenil de Salamanca, Maria Elena Becerra Espinosa, mencionó que acontecimientos como la pandemia por el COVID-19 o la pérdida de algún ser querido por la violencia, ha generado, trastornos de ansiedad y depresión, así como desvinculación afectiva.
«En el tema de suicidio, estamos constantemente en capacitación y en coordinación con las dependencias municipales, tenemos un consejo de salud mental que atiende esta situación y estamos programas. Principalmente la prevención de la conducta suicida, hay 3 niveles de riesgo que es importante que la gente conozca, entre ellos el nivel leve: que es cuando las personas tienen la idea o han tenido la idea en algún momento de su vida de quitarse la vida, estas personas que no tienen ahorita la intención se consideran como leves y las podemos atender en diferentes instituciones. El grado moderado, es en donde la persona ha tenido la intención un poco más reciente, pero digamos que no tiene todavía, como el método, la fecha y etcétera, y lo podemos también atender en ciertas instituciones en la consulta externa común, pero las situaciones más llamativas entonces son cuando detectamos que una persona ya tiene hasta la fecha, ya tiene la forma, el método de todo y se acercan, por ejemplo, fechas significativas«, indicó.

Mencionó que estos diagnósticos, se han dado principalmente en población de niños y adolescentes, así como casos de adultos jóvenes de 18-25 años, que han presentado episodios.
Es por ello, que hizo énfasis en detectar que si alguien de nuestra familia se siente desvinculado a nosotros, hay que fortalecerlo, así como la escucha a la pareja, para que las personas se sientan arropadas y puedan tener una mayor protección.