
Ante las masacres registradas en el estado y los ataques a agentes de seguridad, el obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, lamentó profundamente la situación de violencia que afecta a la región y expresó su preocupación por las víctimas colaterales, incluyendo niños.
Señaló que estos menores son “víctimas de políticas públicas estúpidas” que, en su opinión, están deteriorando el tejido social.
Durante su conferencia de prensa dominical, el prelado aseguró que, aunque se intente minimizar, el ambiente de violencia es evidente y no se puede ignorar.
“El próximo sábado se celebra la fiesta de los Santos Inocentes, esos niños que fueron masacrados por Herodes como daño colateral. ¿Cuántos daños colaterales más, cuántas víctimas de la violencia, cuántas víctimas de políticas estúpidas que dañan el ambiente y que tienen como consecuencia inocentes sacrificados?”, expresó con indignación.
Díaz Díaz también destacó el sufrimiento que viven las familias de personas desaparecidas, así como las constantes amenazas que enfrentan policías y guardias de seguridad. Estas situaciones, afirmó, generan un entorno complicado que parece difícil de superar.
El obispo enfatizó la importancia de fortalecer la seguridad y propuso un desarme efectivo para rastrear el origen y la distribución de las armas que llegan a manos de grupos criminales. Asimismo, llamó a construir un camino hacia la paz con base en el respeto a la vida, alineándose con las peticiones del Papa Francisco en el marco de la Jornada Mundial de la Paz.
“El Papa nos recuerda que las vidas inocentes, aquellas que caen y se destruyen en medio de los conflictos, merecen ser cuidadas con esmero. Será fundamental protegerlas en nuestro entorno”, añadió.
Finalmente, Enrique Díaz hizo un llamado a todas las personas y sectores de la sociedad para trabajar en conjunto por la paz, dejando atrás los caminos de la violencia y fomentando una cultura de reconciliación.