
La sociedad leonesa se reunió en la Catedral para dar el último adiós a Mateo de 12 años, el pequeño que conmovió a toda la ciudad tras la tragedia que le arrebató la vida.
Desde temprana hora, ciudadanos comenzaron a congregarse en las inmediaciones del recinto.
Las bancas y pasillos estaban ocupados por familiares, compañeros de secundaria, amigos y vecinos, así como personas que, sin conocerlo, acudieron a mostrar su solidaridad.
Al arribo de la carroza fúnebre, la madre de Mateo, María Teresa, pronunció entre lágrimas dos frases que estremecieron a los presentes: “Eres un campeón, Mateo” y “Vuela alto, mi niño”.
Entre oraciones, aplausos y muestras de cariño, la ceremonia se convirtió en un homenaje lleno de amor y esperanza, recordando a Mateo como un niño que, sin proponérselo, logró unir a toda una comunidad.