
La Guardia Costera estadounidense se ha incautado de más de 15.000 kilos de cocaína y ha detenido a casi 60 presuntos narcoterroristas y narcotraficantes desde el lanzamiento de la Operación Víbora del Pacífico en agosto, según el Departamento de Seguridad Nacional.
La Operación Víbora del Pacífico se puso en marcha cuando Estados Unidos ha reforzado sus operaciones contra los cárteles de la droga. Por ejemplo, el ejército estadounidense ha llevado a cabo al menos dos ataques contra presuntas embarcaciones cargadas de droga procedentes de Venezuela en las últimas semanas. El primer ataque acabó con 11 presuntos narcoterroristas del Tren de Aragua (TdA), mientras que el segundo acabó con tres individuos.
Después de que Trump enviara los destructores al Mando Sur de Estados Unidos, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que su país estaba preparado para responder a cualquier ataque, y añadió que la medida equivalía a «una amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal y sangrienta.»
Tras el segundo ataque, Maduro dijo que el incidente forma parte de un esfuerzo mayor «para intimidar y buscar un cambio de régimen» en Venezuela.
La administración Trump ha dicho que no reconoce a Maduro como jefe de Estado legítimo y que, más bien, lo considera el líder de un cártel de la droga.