LEÓN. GTO.— En un hecho sin precedentes, el Zoológico de León amaneció con las puertas cerradas al público este 18 de diciembre. La clausura temporal ocurre en medio de un proceso de revisión de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y el cumplimiento de una suspensión de amparo otorgada por el Juzgado Décimo Segundo de Distrito.

La orden judicial, derivada del juicio de amparo 1473/2025-IV, exige medidas inmediatas de protección para los animales ante una serie de eventos fatales que han evidenciado la falta de seguridad y dignidad en el trato a las especies.
Cronología del descuido: De lobos fugitivos a safaris mortales.
La crisis en el recinto se agudizó tras una cadena de negligencias reportadas en el último mes:
• 20 de noviembre: Una manada de seis lobos logró escapar de su hábitat, poniendo en riesgo la seguridad del parque.
• 2 de diciembre: Una jauría de perros ferales ingresó a las instalaciones y mató a 24 borregos muflones.
• Incidente reciente: La muerte de un avestruz, la cual fue atacada por leones dentro de la zona de safari, evidenciando fallas graves en la logística de convivencia de especies.
Intervención legal.
El despacho «Va Por Sus Derechos A.C.» impulsó la demanda de amparo tras advertir omisiones sistemáticas en el cuidado de los mil 800 animales que habitan el Zoo. Como resultado, las autoridades jurisdiccionales ordenaron garantizar la vida e integridad tanto de los ejemplares como de los visitantes.
Consecuencias administrativas e irregularidades.
Tras la presión de la Profepa y las investigaciones de la Fiscalía General del Estado, se confirmó la renuncia del director del lugar, Rigoberto Montes Palomares.
Asimismo, las auditorías oficiales han revelado que, aunque hay un registro de mil 800 animales, existen ejemplares que carecen de registro oficial, producto de nacimientos no reportados o donaciones irregulares, lo que complica el rastreo del bienestar animal en el recinto.