
El obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, expresó su indignación tras el hallazgo de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, y advirtió que este crimen evidencia omisiones graves de las autoridades.
El líder de la Iglesia Católica en la ciudad afirmó que estos hechos constituyen delitos contra la humanidad y que es inaceptable que sigan ocurriendo.
Exigió que las investigaciones sean transparentes y eficaces para esclarecer los crímenes y deslindar responsabilidades.
Díaz Díaz reconoció la labor de las madres buscadoras y organizaciones ciudadanas, señalando que son ellas quienes, impulsadas por el dolor y la valentía, han logrado avances en la localización de sus seres queridos.
El prelado hizo un llamado urgente a los tres niveles de gobierno para fortalecer la coordinación y aplicar políticas efectivas que garanticen la seguridad y prevengan más desapariciones.
También pidió cortar cualquier vínculo entre el crimen organizado y sectores políticos o sociales.
“Como sociedad exigimos un rotundo ‘nunca más’. Es momento de romper definitivamente con cualquier alianza entre el crimen y el poder”, enfatizó.
El obispo reiteró el compromiso de la Iglesia de abrir espacios de diálogo y acompañamiento a las familias de las víctimas. También convocó a la comunidad católica a intensificar la oración por los desaparecidos y sus seres queridos.
Díaz Díaz instó a la sociedad a no permanecer indiferente y a unirse en la exigencia de justicia.
“Estos gritos claman hasta el cielo. No podemos seguir normalizando el horror”, finalizó.