
Argelia Ramírez, rescatista independiente de «Salmantinos Unidos por el Respeto y Bienestar Animal» (SURBA), considero importante que en el marco de la celebración de San Antonio Abad, patrono de los animales, es importante seguir su filosofía y cuidar y respetar la vida de las especies, domésticos o no.
En entrevista, mencionó que aunque en gran medida ha cambiado la percepción de la ciudadanía en ver a los perros y gatos como guardianes de sus hogares, aún hace falta mucha sensibilización en los cuidados que se les dan, pues han detectado que en varias ocasiones, los propietarios consideran que únicamente es necesaria agua, comida y sombra para mantener a una mascota, los requerimientos son mayores.
Dijo, que normalmente por mes, realizan alrededor de 20 rescates, debido a las las incorrectas condiciones en que mantienen a los animales, sin embargo en muchas ocasiones, es complicado mantenerlos en los refugios, por lo que son alimentados, curados y esterilizados para posteriormente regresarlos a su entorno, a los que se les conoce como «perritos comunitarios».
Argelia Ramírez, dijo que en su mayoría son perritos adultos, los que padecen estas condiciones, pues a los propietarios se les facilita abandonarlos, qué invertir en el cuidado de ellos, mencionó también que incluso perros de raza, cómo los Husky o pastor alemán, van en aumento en abandono, ya que son razas que guardan mucha energía y requieren cuidados especiales, que al momento de la adopción, no son contemplados por las personas.
Aunque los animalistas promueven la adopción como una segunda oportunidad para mejorar la calidad de vida, desafortunadamente, no siempre significa que esta alternativa funcione, pues dijo que por lo menos 10 casos de adopción, no resultaron favorables para los animales, pues estos fueron abandonados nuevamente, maltratados o simplemente se les perdió el rastro, ya que los dueños, dejaron de responder a las visitas.
Es por ello que en este día tan importante de celebración a estos seres vivos, toda la ciudadanía salmantina, a dejar de ver a los animales de compañía, como mascotas simples vigilantes, pues para muchas personas son sus ojos y oídos para otros más, representan un vínculo familiar, por lo que deben ser valorados al igual que cualquier vida humana, que no puedan comunicarse con palabras.