
El obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, destacó el legado espiritual y pastoral que dejó el Papa Francisco, tras su fallecimiento, al señalar que su pontificado representó un regreso a la esencia del Evangelio, con una Iglesia más cercana a los pobres, a los pueblos originarios y a quienes se encontraban alejados de sus estructuras tradicionales.
En conferencia de prensa extraordinaria, el obispo señaló que uno de los grandes aportes del Papa fue su insistencia en volver al mensaje central del cristianismo.
A través de su encíclica La alegría del Evangelio, dijo, se hizo un llamado claro a vivir con mayor intensidad el mensaje de Cristo, con un enfoque de cercanía, misericordia y sencillez.
Entre los aspectos más representativos del pontificado de Francisco, Enrique Díaz subrayó su sensibilidad hacia los pueblos indígenas, al reconocer y valorar sus lenguas, sus rituales y su cosmovisión, así como su esfuerzo por hacer más ligeras las estructuras eclesiásticas para que la Iglesia fuera más accesible y humana.
También resaltó el impulso del Papa a una Iglesia más abierta a las personas divorciadas y en situación de vulnerabilidad, con el objetivo de acercarlas de nuevo a la comunidad cristiana sin juicios ni exclusiones.
Sobre el futuro del Vaticano, el obispo confió en que el Espíritu Santo guiará la elección del nuevo pontífice, en un contexto mundial marcado por la incertidumbre, el avance de la tecnología y el cambio constante.
Pidió a los fieles unirse en oración para que el próximo Papa continúe el camino de renovación iniciado por Francisco y responda a los retos actuales de la humanidad.