
En el corazón de Salamanca, un héroe local celebra casi medio siglo de servicio. José Luis Almanza Oñate, capitán segundo del Cuerpo de Bomberos de Salamanca Guanajuato, comparte la historia que lo llevó a una vida dedicada a rescatar a otros.
Todo comenzó en su niñez. José Luis recuerda con nostalgia cómo el sonido de las sirenas de los bomberos, que entonces se encontraban en San Agustín, despertaban en él una emoción inmensa. «A mí lo que me motivó es que yo cuando era niño me gustaba mucho salir cuando oía a los bomberos», comenta. A los nueve años, con el permiso de sus padres, se acercó a la estación y fue aceptado, iniciando así un camino que ha durado 51 años.
*Experiencias Agrias y Dulces*
Ser bombero, cuenta, es una mezcla de momentos muy duros y de grandes satisfacciones. Una de sus experiencias más tristes fue el rescate de los cuerpos de unos niños que cayeron al canal de Coria en una camioneta un 10 de marzo del 2008. Como especialista en rescate acuático, le tocó participar en la operación. «Es una experiencia muy, muy, muy fuerte para uno», afirma con la voz entrecortada, recordando la adrenalina del momento y el vacío que se siente después.
Sin embargo, también hay un lado que lo motiva a seguir: las muestras de agradecimiento de la gente. «Lo que recibe uno a cambio nada más es las gracias y se siente uno satisfecho», dice José Luis, destacando que esa gratificación, junto con la oportunidad de servir a la comunidad, es la verdadera recompensa.
*Un mensaje para las futuras generaciones*
Este viernes, en el Día del Bombero en México, José Luis envía un mensaje a las nuevas generaciones que se sienten atraídas por la misma vocación. Les aconseja que sigan sus estudios, pues ser bombero no es solo subir a una motobomba. Se trata de preparación constante, de capacitación y de una verdadera vocación de servicio.
»Yo les diría a las personas que sí les llega a gustar los bomberos que primero hagan sus estudios, porque es una vocación, no nada más es venir y súbete a la motobomba», enfatiza.
El capitán Almanza concluye con una invitación abierta: el Cuerpo de Bomberos de Salamanca tiene las puertas abiertas para todos aquellos que, con el corazón en la mano, deseen servir a su comunidad.