
El pasado 30 de abril, trascendió la agresión contra un perrito callejero, el cual fue pre violentado, presuntamente de manera intencional por parte de un menor de edad, quién le dispararía con una pistola de balines al canino, ocasionándole severas heridas, una de ellas, que incluso le dejó graves lesiones en su ojo derecho.
Este acto que aconteció en la comunidad de cerro gordo, conmocionó a la sociedad salmantina y a los grupos locales, protectores de animales, quienes lanzaron un exhorto para que la violencia animal se detenga.
Fue por ello que este 10 de mayo, se dió a conocer que se presentó una denuncia en contra del menor de edad identificado como presunto responsable de la agresión, por lo que al momento, asociaciones animalistas se encuentran trabajando en la integración de la carpeta de evidencias, por lo que se espera que para el momento de la audiencia inicial, puedan presentarse las pruebas, entre las que destacan uno de los balines, que fue retirado del cuerpo del perro.
Argelia Ramirez, representante legal del colectivo animalista «SURBA», señaló que dependerá si el presunto agresor comprueba o no si es menor de edad, lo que determinará, dónde se llevará a cabo el proceso legal, ya que de comprobarse que sea menor de edad, el juicio se realizará en Irapuato en la Subprocuraduria de Atención Integral Especializada, Agencias del Ministerio Público Especializadas en Justicia para Adolescentes, sin embargo si se comprueba que no es menor de edad, la diligencia se desarrollaría en el municipio de Salamanca.
Argelia Ramírez, representante señaló que el hecho de que los agresores en este tipo de casos se han menores edad, significa un tipo de comodín para los violentadores de animales, pues la denuncias difícilmente proceden, ante la falta de presión por parte de las autoridades y el respaldo que los padres de familia ofrecen a los agresores.
Dijo que con este, es el quinto caso de maltrato animal que se denuncia en Salamanca, sin embargo, esperan que con este, se pueda realizar un parteaguas para generar conciencia, no solo en el respeto y cuidado de la vida animal, sino también concientizar a los jóvenes de que el ser menores de edad no los exime de responsabilidades y sanciones.