Salamanca, GTO. -Tras un violento homicidio ocurrido la semana pasada, los habitantes de la comunidad de La Ordeña y zonas rurales aledañas están alzando la voz para exigir a las autoridades federales y estatales una intervención inmediata y mayor presencia de seguridad pública. La comunidad clama por que la Guardia Nacional y corporaciones locales dejen la pasividad y establezcan rondines permanentes para frenar la escalada de delitos.
La reciente muerte a balazos de un comerciante en La Ordeña, ha sido el punto de quiebre que ha puesto de manifiesto la grave situación de inseguridad en la zona.
El miedo es palpable: este lunes 1 de Diciembre, la mayoría de los negocios de La Ordeña y comunidades vecinas optaron por cerrar sus puertas como protesta y medida de autoprotección, aterrorizados por ser las próximas víctimas.
A pesar de que la Guardia Nacional cuenta con una base cercana, en la comunidad de Barron, los residentes denuncian que su presencia en el territorio es prácticamente nula e ineficaz.
«Las autoridades tienen muy olvidadas las comunidades. Hacen rondines de 10 minutos a lo mucho y se van,» expresan los pobladores, señalando la frustración ante patrullajes esporádicos que no inhiben la actividad criminal.
La comunidad exige que los rondines sean constantes y efectivos, y no simples «simulacros» que no brindan protección real a los ciudadanos y comerciantes.
La demanda de seguridad surge en un contexto de intensa actividad delictiva que ha sembrado el terror en los últimos dos meses. La población vive bajo la amenaza constante de grupos armados que se pasean por las calles a bordo de camionetas, profiriendo amenazas y gritando nombres de un cartel local.
Esta ola delictiva ha afectado gravemente la economía local:
• Una empresa de transporte y sus dueños fueron los primeros en recibir amenazas de extorsión.
• Posteriormente, ocurrieron secuestros de trabajadores de comercios de comida y otros empresarios de la comunidad. de Guadalupe.
Es este clima de extorsión y secuestro el que ha llevado a los negocios a cerrar, siendo la principal demanda de los pobladores la garantía de seguridad para poder reabrir y trabajar sin miedo.
Los habitantes de La Ordeña urgen al gobierno a dejar de lado la indiferencia y destinar los recursos de seguridad necesarios para blindar a las comunidades rurales de la región.