El obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, manifestó su rechazo a que la unión de personas del mismo sexo sea reconocida como matrimonio, luego de que comisiones del Congreso del Estado aprobaron el dictamen que permitirá llevar el tema al pleno para su votación definitiva.
El prelado reiteró que, aunque debe existir respeto hacia todas las personas, no debe modificarse el concepto tradicional de esta figura jurídica y religiosa.
Díaz Díaz explicó que recientemente participó en un coloquio filosófico donde escuchó ponencias relacionadas con el tema, las cuales consideró relevantes para reflexionar sobre el respeto a la dignidad humana y sobre los derechos de las personas involucradas en este debate.
Señaló que el diálogo es necesario, pero insistió en que el reconocimiento de derechos no debe afectar el sentido que él atribuye a la institución del matrimonio.
“Pero como ya decía hace ocho días, no podemos llamar matrimonio a la unión de personas del mismo sexo, ellas merecen todo nuestro respeto y ojalá se encuentren caminos para respetar sus derechos”.
“Pero no podemos tergiversar el camino y el sentido de la familia, del matrimonio, que merecen respeto, que merecen protección, que merecen cuidado”, dijo.
El obispo sostuvo que cada individuo merece respeto y protección, y que quienes buscan el matrimonio igualitario deben ser tratados con dignidad. Sin embargo, afirmó que su postura se sustenta en la defensa del modelo de familia que considera fundamental para la sociedad.
Agregó que, en su visión, la familia ha sufrido un deterioro que ha contribuido a los problemas sociales actuales.
El prelado expuso que los derechos deben ser resguardados sin afectar a terceros y que cualquier reforma debe analizarse con responsabilidad.
Díaz Díaz insistió en que la sociedad necesita reforzar la protección de la familia para construir relaciones más sólidas y entornos más estables.
Finalmente, hizo un llamado a encontrar alternativas que permitan respetar los derechos de todos sin modificar instituciones que, en su opinión, requieren cuidado y preservación, particularmente en momentos de cambios legislativos y debates públicos.