SALAMANCA, GTO.— Un total de 12 casetas de vigilancia en Salamanca se encuentran en desuso y en condiciones inadecuadas, lo que las convierte en un potencial riesgo en lugar de un punto de apoyo para la ciudadanía. Ante esta situación, la Dirección de Seguridad Pública del municipio ha iniciado un levantamiento para evaluar su estado y definir un proyecto que les otorgue un fin benéfico, contemplando su reconversión a espacios comunitarios o la creación de una segunda comandancia.

De las 12 estructuras, solo dos han sido rehabilitadas hasta ahora como «corazones comunitarios», quedando diez casetas pendientes de intervención. Estas estructuras han estado abandonadas desde 2018, tras la disolución de la policía municipal y la falta de personal, lo que ha provocado que varias se encuentren actualmente vandalizadas.
El director de Seguridad Pública, Juan Pablo Ramírez Talavera, explicó que la mayoría de estas casetas se construyeron con una infraestructura mínima, pensadas para albergar a uno o dos elementos, lo que actualmente las hace inviables para operar.
«Lo que estamos haciendo es este levantamiento para, en coordinación con Obra Pública y el presidente municipal, presentar un proyecto que dé un fin benéfico a estos inmuebles,» indicó Ramírez Talavera. El director enfatizó que, lejos de ser espacios seguros, en su estado actual, «representan un riesgo».
La dependencia analiza dos posibles destinos principales que buscan recuperar y transformar estos espacios en inmuebles seguros y útiles para la ciudadanía:
* Uso social y comunitario: Adaptar las casetas como espacios de arte, actividades escolares o de convivencia vecinal, siguiendo el modelo de los exitosos «corazones comunitarios».
* Reforzar la estrategia de seguridad: Destinarlas a la creación de una segunda comandancia en la ciudad para mejorar los tiempos de respuesta.
Ramírez Talavera destacó que la creación de una nueva comandancia es una necesidad urgente ante el crecimiento urbano. Los largos traslados desde el C4 actual incrementan el tiempo de respuesta en emergencias, por lo que una segunda base permitiría dividir a Salamanca en dos zonas operativas, agilizando la atención y ofreciendo mejores condiciones laborales al personal.
Además de la nueva base, este proyecto de seguridad contempla la habilitación de espacios para la unidad canina e, incluso, la posibilidad de retomar a futuro la policía montada para zonas de acceso vehicular complicado.
El director concluyó que las acciones están aún en la etapa de planeación y requieren la formulación de un proyecto formal que analice a fondo los pros y contras de cada propuesta. El censo en curso permitirá trazar la ruta definitiva para el rescate de estos espacios.